sábado, 29 de mayo de 2010

Carta de una joven a su hijo no nacido

La vida, a veces, nos exige madurar repentinamente y vivir a toda velocidad... Seguramente, todos nosotros hemos necesitado en alguna ocasión de una palabra de aliento, una mano amiga, un consejo amable o una mirada comprensiva. Buen ejemplo de la necesidad de afrontar los problemas, de darles la vuelta o reconocer que somos vulnerables, es la carta que una joven escribe a su hijo no nacido.
Carta de una joven a su hijo no nacido
Es una historia enternecedora, un pudo haber sido y no fue, un amor insatisfecho, un gran pesar, una presencia constante, la búsqueda de perdón... todo esto es el poso que me deja al leer esta carta.
Sin ánimo de levantar "ampollas", dejo este testimonio de alguien que ha vivido y está viviendo en primera persona la pérdida de un hijo, para que pueda servir de ayuda y reflexión a las mujeres que se planteen pasar por el duro y doloroso trance de un aborto.

"Querido bebé: Soy tu mamá, la que se equivoca y la que gracias a ti ya tiene ese título tan hermoso. Lo primero que te quiero decir es perdón por no darte la oportunidad de vivir que te mereces. Tú no tienes la culpa de las negligencias que tu papá y yo hemos podido cometer. Hoy me doy cuenta de que hemos actuado de un modo muy egoísta.

Una vez me dijeron que por ser mujer entendería de estas cosas de la maternidad, pero la verdad es que nadie más que nuestros hijos nos enseñan a ser padres. No es fácil, sobre todo con el primero, con quien recibimos el título de "mamá", pero con el que, con amor, nos equivocamos muchas veces.

Eres mi primer hijo o hija y así te reconozco. Tú nunca fuiste un error y ahora yo trato de incluirte en mi vida. No lo tomes como una excusa pero llegaste en un momento muy difícil, tu padre y yo estudiando y sin la madurez y recursos necesarios para responsabilizarnos de tus primeros pasos. Estoy a la vez contenta y muy triste de saber que hubiera podido ser mamá. Quiero que sepas que me llena de orgullo poder decirte que fuiste concebido con mucho amor. La decisión que tomamos fue muy dura, MUY DURA y no se supera fácilmente, por no decir que no se supera nunca.

Me has enseñado en unos días más que en muchos años de escuela. Estarás presente en mí toda la vida y espero que más adelante pueda formar una familia contigo en el corazón y contando a tus hermanos que tú eres el mayor
".

Patro Gabaldón. Redactora de GuiaInfantil.com

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