Reconocer que tiene la culpa o que se siente arrepentido y necesita ser perdonado, es uno de los aprendizajes más difíciles tanto para quien enseña como para quien lo aprende. No se trata sólo de enseñar a los niños a pedir y a decir "perdón", sino que además, tengamos que enseñarles a sentir.
Es una tarea difícil pero no imposible. Entre otras cosas, el pedir perdón enseña a los niños a reconocer sus errores, sus "meteduras de pata", y a ponerse en el lugar de la otra persona. Pedir perdón es un acto de humildad, de reconocer un error y de demostrar a uno mismo que nadie, pero nadie es perfecto. Que todos, absolutamente todos, podemos equivocarnos, y que por lo tanto debemos asumir y ser responsables de nuestros actos. Se puede pedir perdón de distintas y variadas maneras, y no solo a través de palabras. Si tu hijo ha tenido un mal comportamiento o una mala actitud contigo, con su padre, hermanos, o con sus amigos, anímale a pedir perdón.
A partir de los dos años, los niños pueden aprender que si pegan a otra persona ella posiblemente llorará y se sentirá triste. En este momento, se debe fomentar empatía mostrándoles qué es lo que siente una persona que fue "herida". Además de reprenderles, debemos animarlos a que de alguna forma "curen" esta "herida", haciendo con que su amigo se sienta mejor.
A partir de los 5 años, los niños ya poseen la capacidad de saber que su mal comportamiento ha resultado en una mala consecuencia. A esta edad, ellos ya entienden sobre lo que es correcto y lo que no, aunque eso no quiere decir que resulte más sencillo que aprendan a pedir disculpas. De este modo, debemos hacerles "recapacitar" sobre lo que hizo, reprenderles con paciencia y firmeza, y hablarles sobre la importancia de "arreglar" lo ocurrido, reconociendo que se ha equivocado y pidiendo disculpas, con un abrazo, ofreciendo un regalo al amiguito "lastimado", demostrando arrepentimiento, cambiando su forma de actuar para la próxima vez que lo encuentre, o simplemente diciéndole "perdón", "lo siento", "disculpas", etc.
El niño que aprende a pedir perdón, sea de la forma que sea, será un niño preparado para tener buenas relaciones personales. Los padres que saben pedir perdón a su hijo por lo que sea, son un buen ejemplo para los hijos.
Vilma Medina. Editora de GuiaInfantil.com
A partir de los dos años, los niños pueden aprender que si pegan a otra persona ella posiblemente llorará y se sentirá triste. En este momento, se debe fomentar empatía mostrándoles qué es lo que siente una persona que fue "herida". Además de reprenderles, debemos animarlos a que de alguna forma "curen" esta "herida", haciendo con que su amigo se sienta mejor.
A partir de los 5 años, los niños ya poseen la capacidad de saber que su mal comportamiento ha resultado en una mala consecuencia. A esta edad, ellos ya entienden sobre lo que es correcto y lo que no, aunque eso no quiere decir que resulte más sencillo que aprendan a pedir disculpas. De este modo, debemos hacerles "recapacitar" sobre lo que hizo, reprenderles con paciencia y firmeza, y hablarles sobre la importancia de "arreglar" lo ocurrido, reconociendo que se ha equivocado y pidiendo disculpas, con un abrazo, ofreciendo un regalo al amiguito "lastimado", demostrando arrepentimiento, cambiando su forma de actuar para la próxima vez que lo encuentre, o simplemente diciéndole "perdón", "lo siento", "disculpas", etc.
El niño que aprende a pedir perdón, sea de la forma que sea, será un niño preparado para tener buenas relaciones personales. Los padres que saben pedir perdón a su hijo por lo que sea, son un buen ejemplo para los hijos.
Vilma Medina. Editora de GuiaInfantil.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario