Gracias al ritmo cada día más acelerado en que vivimos, cada vez son más los niños que aprenden, desde muy temprano, a valerse por sí mismos. Aprenden "sobre la marcha" porque no les queda más remedio. Aún así, si observas a tu alrededor, todavía encuentras a niños pequeños, de 2, 3 o 4 añitos de edad, que aún siguen empeñados en no dar un solo paso sin su mamá o papá.
Me refiero a los niños que están todo el tiempo persiguiendo a los padres, por la casa, en la calle, en el supermercado, por todos los lugares, como si fueran sus sombras. No pueden estar solos. Si alguien extraño les habla, ellos se esconden detrás su mamá o se aferran a las piernas de papá. Les asusta todo y todos los que no sean papá ni mamá, así como estar solos en el baño, en su habitación, etc. Son niños que se resisten a ir al colegio el lunes por la mañana, que no quieren jugar en casa de un amiguito y que tienen miedo de dormir solos en su habitación. Son niños a quiénes solemos llamar de "pegamento".
Creo que muchos de nosotros hemos pasado por alguna experiencia similar cuando nuestros hijos eran pequeños. Alguna etapa parecida sí la hemos tenido. Me acuerdo muy bien que a mi hija, cuando tenía alguna enfermedad, por menos importancia que tuviera, se negaba a salir de nuestra cama. Tampoco conseguíamos que ella se quedara sentadita en su sillita por mucho tiempo. Lo que ella le gustaba era tener nuestras manos siempre agarradas a las suyas. Y en el parque, que estuviéramos siempre pendientes de lo que ella hacía.
Sin embargo, la autonomía también se aprende:
- Enseñando a los hijos a que se cuiden. Debemos permitir que ellos se vistan, coman, se peinen y se limpien solos, cuando veamos que están capacitados para ello.
- Respetando sus horarios de comida, de sueño y de juego. Y que ellos aprendan a recoger los juguetes y se vayan organizando en cuanto a su utilización.
- Dando la oportunidad a los niños a que se expresen, opinen y digan lo que necesitan. Debemos estimular sus destrezas comunicativas no solo con la familia como también con los amigos.
- Identificando las dificultades que tienen algunos niños para relacionarse. Los niños deben aprender a no tener miedo, a entablar conversaciones, a comportarse y tener amigos. Es necesario que tengan el hábito de saludar, agradecer y tener una buena relación con los demás.
- Haciendo con que el niño participe en las labores del hogar: ayudando en la cocina, en las compras, haciendo la cama, poniendo la ropa sucia en la lavadora, recogiendo la habitación, cuidando de su ropa, etc.
Vilma Medina. Editora de GuiaInfantil.com
Creo que muchos de nosotros hemos pasado por alguna experiencia similar cuando nuestros hijos eran pequeños. Alguna etapa parecida sí la hemos tenido. Me acuerdo muy bien que a mi hija, cuando tenía alguna enfermedad, por menos importancia que tuviera, se negaba a salir de nuestra cama. Tampoco conseguíamos que ella se quedara sentadita en su sillita por mucho tiempo. Lo que ella le gustaba era tener nuestras manos siempre agarradas a las suyas. Y en el parque, que estuviéramos siempre pendientes de lo que ella hacía.
Sin embargo, la autonomía también se aprende:
- Enseñando a los hijos a que se cuiden. Debemos permitir que ellos se vistan, coman, se peinen y se limpien solos, cuando veamos que están capacitados para ello.
- Respetando sus horarios de comida, de sueño y de juego. Y que ellos aprendan a recoger los juguetes y se vayan organizando en cuanto a su utilización.
- Dando la oportunidad a los niños a que se expresen, opinen y digan lo que necesitan. Debemos estimular sus destrezas comunicativas no solo con la familia como también con los amigos.
- Identificando las dificultades que tienen algunos niños para relacionarse. Los niños deben aprender a no tener miedo, a entablar conversaciones, a comportarse y tener amigos. Es necesario que tengan el hábito de saludar, agradecer y tener una buena relación con los demás.
- Haciendo con que el niño participe en las labores del hogar: ayudando en la cocina, en las compras, haciendo la cama, poniendo la ropa sucia en la lavadora, recogiendo la habitación, cuidando de su ropa, etc.
Vilma Medina. Editora de GuiaInfantil.com
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